Destructores
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 11:1
Recuerdo aún cuando era niño que tenía muchas fantasías como ser policía, bombero, rambo, superman, entre otros; algunas eran solo fantasías, en cambio, otros si se cultivaban pudieron ser una realidad.
Sin embargo, los sueños suelen ser un reflejo de lo que pudiéramos ser y hacer, solo que para llegar a alcanzarlos en muchos casos hay que dedicar tiempo, en otro dinero y en común hay que decidirse por conseguirlos, sin importar cuantas personas se opongan. Dios se alegra cuando tú te esfuerzas para alcanzarlos y se regocija cuando los logras.
Aprendamos esto en el momento de emprender una labor o sueño. En el comienzo vas a tener a las personas que te van a decir: ¿para qué lo vas hacer, sino va a funcionar?; cuando comiences puede que te digan: quizás lo hagas; y cuando hayas alcanzado esa meta tan deseada te dirán: ¡qué bien lo hiciste! ¡Yo sabía que podías hacerlo! Estamos llenos de ese tipo de personas egoístas y que buscan derribar sueños.
Quiero hablarle de un hombre, Hans Babblinger, el vivió hace unos siglos atrás en Alemania, en una ciudad llamada Ulm. Trabajaba haciendo prótesis, pero tenía unos sueños muy adelantados para su época, aunque era un hombre ocupado, ya que se dedicaba hacer realidad los sueños de personas que pensaban que nunca podrían caminar por la pérdida de unos de sus piernas, en su mente y corazón estaba latiendo el suyo propio.
Con el tiempo llego el momento de hacer su sueño realidad y se hizo un par de alas en su taller y las probó a las faldas de los Alpes bávaros, buena idea ya que en esa zona las corriente de aire ascendente son comunes; en compañías de amigos que observaban la hazaña, se lanzó y voló hasta abajo con toda seguridad y firmeza, todos los que lo vieron aplaudieron y estoy seguro que Dios también.
En una visita del rey programada para esa ciudad hicieron que le pidieran a Hans que volara para el rey, oferta para la cual no se negó, pero por la magnitud del evento escogió un lugar no seguro para la hazaña, ya que los vientos ascendientes no era común en ese lugar y por ende el espectáculo fue trágico para Hans y aunque sobrevivió a la caída no pudo ante los destructores de sueños.
El domingo siguiente al trágico accidente de Hans, te podrás imaginar lo que habló el obispo del la catedral de Ulm, “el hombre no está destinado para volar” lamentablemente Hans se lo creyó.
No sé cuantas personas que hoy están leyendo esta reflexión al igual que Hans están creyéndoles a los destructores de sueños que lo que estamos haciendo no sirve, quisiera ser claro en explicarme que Dios hace de una forma especial en las personas que creen en esos sueños.
Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Pudieras ver tus sueños como una parte de tu fe, y que al igual que todos los hombres y mujeres de Dios lucharon para alcanzarlo. Pudieras ver a José que aunque sus hermano no le creían y lo menospreciaban se guardo para obtener lo que siempre soñó; David un joven de solo 17 años ir a enfrentarse a un gigante y echar fuera las palabras desalentadoras de sus hermanos; Gedeón el menor de los hijos de la familia de su padre no se detuvo por los que buscaban su vida, por hacer realidad nuevamente esas historia que le hablaban sus padres de generación en generación de las maravillas que el Dios vivo hizo con sus pueblo; y que mayor ejemplo que nuestro Señor Jesucristo, quien no escatimó esfuerzo para darnos libertad y que no estuviésemos sujetos a esos destructores de sueños y hasta la muerte lo padeció por amor a nosotros.
No hagamos caso de esas personas que como dijo salomón que no descansan si no han visto caer alguno, creo que todos los que escuchan o leen la historia de Hans quisieran retroceder y decirle que no se desanime y siguiera, que si lo podía conseguir, pero es inútil ya su tiempo pasó y también será inútil si tu abandonas tus sueños por el comentario de un destructor de sueños.
Hay muchos destructores de sueños, para José y David eran sus hermanos, para Gedeón eran los habitantes de su ciudad y para Hans era su líder espiritual; de verdad que ignoro quién sea el tuyo, pero si te digo que queda de tu parte lograrlo y que esas personas que te hacen oposición también son de ayuda para que tu madures y alcances tus metas.
Amigo lector el Señor ha preparado para nosotros las mejores cosas, para que seamos perfeccionados en El y no veas lo grande que puede ser el gigante que se te levanta o el problema que tienes, para andar por ahí alardeando de lo dura que puede ser tu vida, es momento que le des media vuelta a tu forma de ver las cosas y le digas, tanto al gigante como a los problemas, y a todas las personas que te rodean que le sirves a un Dios poderoso y que es más grande que todos ellos.
Así que si hoy pensabas dejar a un lado tus sueños o aun cuando hace tiempo lo hayas dejado, si tienes vida hay oportunidad, anda a la palabra de Dios y el Señor te va hacer ver cómo seguir adelante, confía tus sueños ya que es importante para Dios.