Viendo
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:18
En la actualidad es muy fácil dejarse llevar por lo que ocurre a nuestro alrededor. Cada vez suceden más situaciones que atraen la atención de las personas. Pueden ser sucesos a nivel personal o aquellos que involucran a toda la sociedad. Dios nos ha dotado de capacidades para atravesar victoriosos cualquier adversidad. Nunca nos prueba con más de lo que podamos soportar y esto debe reconfortar tu alma. Es muy común que cuando algo adverso está sucediendo, las noticias se corran más rápido y normalmente se tiene a deformar lo que realmente está pasando.
No seas presa de los acontecimientos que suceden. Dios gobierna por encima de ellos. Está en control de todas las cosas. Posiblemente es inevitable que te des por enterado pero, recuerda que como hijos de Dios no nos guiamos por las cosas que se ven con nuestros ojos físicos, gracias a Dios, como sus hijos, Él ha abierto nuestros sentidos espirituales y los ha despertado, para que aprendamos a ver las cosas que Él nos muestra y nos preparemos para cuando lleguen. No las enfrentamos con temor, miedo, desconfianza e inseguridad. Son reveladas a nosotros para que podamos preparar nuestras armas espirituales. Además nos preparamos para vivir en la eternidad. Aprende a bendecir a todo el que te rodea. Jamás hables mal, sé un portador de buenas nuevas. Esa es la misión que Dios te ha encomendado. ¡Qué bueno que Dios nos las anticipa!
¿Cuántas veces escuchaste que el mundo ya se iba a acabar? Más eso nunca pasó. Muchos entraron en caos e hicieron muchas cosas para “prevenir”.
Cuando fue la entrada del milenio igual, muchos empezaron a comprar muchas cosas porque pensaban que el sistema económico mundial se vendría abajo.
Tus adversidades personales, pasarán. Eso es un hecho y sabes que, lo mejor es que Dios te dio la victoria. Las adversidades que suceden en el mundo, si son muy pesadas pero también pasarán y nosotros no sembramos para lo temporal, sino para lo eterno. Nos movemos y somos guiados por la palabra que sale de la boca de Dios, no por la palabra intencionada del hombre.
Habrá muchas personas a tu alrededor que te van a decir muchas cosas, pero recuerda que Dios es la verdad y los hijos de Dios tienen esa misma verdad y la comparten. Su palabra dice que no tendremos temor de malas noticias porque nuestro corazón está confiado. No permitas que nada te robe la atención ni te distraiga de Su propósito. Que tu mirada se enfoque solo en Él.
Cuando te enteres de alguna situación que suena desfavorecedora y desalentadora, cámbiala, recuerda que Dios es fiel, bueno y con mucha misericordia para que sea una bendición.
La adversidad es sólo para que produzcas el mejor aceite. Para que potencialices todo lo que Dios ha depositado en tu vida. Si vemos lo que no se ve claramente a nuestros ojos físicos, vamos a aprender a relajarnos. Nunca hemos visto a Dios preocupado por que algo se le “salió de control”. Nosotros somos lo que hemos creado el caos, porque Él siempre ha dicho que todo está bien.
Aprende a que tu palabra siempre aliente y motive a los que te rodean. Dales la palabra que Dios mismo te ha dado. Comparte Sus promesas. Ayuda al necesitado, aconseja, preséntate como un instrumento que sirva a tus hermanos y principalmente a aquel que no ha oído sobre la salvación. Muchas personas necesitan de tu ayuda, hay un deseo ferviente por conocer a Jesús. No seas como aquel que teme a lo incierto o a las malas noticias.