El libertador de las aflicciones
“Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado”
En mi vida no recuerdo haber visto tantas situaciones tan difíciles como las que he sido testigo los últimos meses. Estamos frente a unos tiempos llenos de tribulaciones y de aflicciones indescriptibles.
Por donde voy encuentro personas que están pasando por duros momentos económicos, familiares, laborales y espirituales. Es difícil para mi ser testigo de lo que esta ocurriendo, mas cuando me siento incapaz de poder hacer algo por cambiar lo que nosotros mismos hemos provocado.
Es que no podemos hacernos el del ojo pacho y creer que esto que estamos viviendo es “un castigo de Dios”, Dios siempre ha sido el mismo de ayer, es el mismo hoy y será el mismo mañana. Somos nosotros los que nos hemos olvidado de su justicia, de ser justos delante de El y con esto alcanzar su libertad.
Si todo el mundo entendiera que necesitamos humillarnos ante Dios y reconocer nuestra total dependencia de El, como dirían en nuestro país: “otro gallo cantara”. Pero la realidad es otra. Estamos frente a una generación que no depende de Dios, aun nosotros mismos, llamados cristianos, no estamos dependiendo TOTALMENTE de Dios, y realmente todo esto es una lastima, pues tarde o temprano ese hecho nos pasara factura.
Frente a todo lo que estamos viviendo y de lo cual estamos siendo testigos Dios me llevaba a reflexionar en el pasaje que leímos al inicio, en donde la primera frase dice así: “Muchas son las aflicciones del justo”.
Ahora bien, ¿Que significa justo? Entre las definiciones que nos regala el diccionario de la lengua española están:
1. Que obra según justicia y razón.
2. Que vive según la ley de Dios.
Me quedare con la segunda definición: “que vive según la ley de Dios”. Si bien es cierto hoy no vivimos conforme a ley sino conforme a la gracia de Dios, pero eso no quiere decir que tenemos que desviarnos del propósito de nuestra vida el cual tendría que ser agradar a Dios en TODO, y esto es igual a ser JUSTO.
La Palabra de Dios en los versículos que leímos nos menciona que muchas son las aflicciones del justo, pero la segunda frase nos llena de aliento y nos dice: “Pero de todas ellas le librará Jehová”.
Eso quiere decir que no importa cuales sean tus aflicciones, si ERES JUSTO Dios te librara de todas ellas.
La pregunta seria: ¿Estaremos siendo justos?, si yo te preguntara lo siguiente: ¿Quieres ser librado de tus aflicciones?, rápidamente y sin dudarlo me responderías: “SI QUIERO”, pero la respuesta la tenemos TODOS y no se trata solo de una respuesta hablada, sino mas bien de una vida que agrade a Dios.
La Clave de ser librado de todas las aflicciones es: SER JUSTO.
Ser justo tiene que ver con llevar una vida que agrade a Dios, una vida que aun con sus errores y defectos anhele por todos los medios de ser transformado por el poder de Dios para ser delante de El como un olor grato.
Y es que para ser justo solo se necesita vivir como Dios manda y eso TODOS los sabemos, pero aun cuando lo sabemos, NO QUEREMOS HACERLO.
Amados hermanos, estamos viviendo unos tiempos en donde necesitamos urgentemente buscar la justicia de Dios, en donde ya no valen las excusas para tratarnos de justificar de nuestra falta de justicia. Dios anhela ver un pueblo que se decida a buscar la justicia a ser justos con Dios y por ende con TODO mundo.
Dios quiere librarte de todas tus aflicciones, no importa que nombre tengan, pero también anhela ver de tu vida, una vida JUSTA, pues la Palabra de Dios es clara en afirmar que muchas serán las aflicciones del justo, pero que lindo saber es que Dios no te olvidara, sino que DE TODAS ELLAS TE LIBRARA.
Valga mencionar que aun cuando eres justo, las aflicciones vendrán, el hecho de practicar la justicia no te dejara exento de las aflicciones, pero tienes que tener la certeza que de TODAS ELLAS te librara el Señor.
¿Qué de aquellos que aun cuando sabemos que la clave de la liberación de Dios frente a la aflicciones es la justicia, pero no la queremos buscar?, ¡Ay! De nosotros.
Es hora de anhelar la justicia, es hora de comenzar a ser justos hasta en lo mínimo, hasta en aquello que nosotros creemos que no es necesario. Dios anhela corazones que anhelen la justicia, porque a dichos corazones no se negara su ayuda.
¿Estas siendo justo?, Examinemos nuestro corazón y anhelemos ser justos.